miércoles, 18 de mayo de 2011

¡envidia!


La envidia es un fenómeno psicológico muy común que hace sufrir enormemente a muchas personas, tanto a los propios envidiosos como a sus víctimas. Puede ser explícita y transparente, o formar parte de la psicodinámica de algunos síntomas neuróticos. En cualquier caso, la envidia es un sentimiento de frustración insoportable ante algún bien de otra persona, a la que por ello se desea inconscientemente dañar.
El envidioso es un insatisfecho (ya sea por inmadurez, represión, frustración, etc.) que, a menudo, no sabe que lo es. Por ello siente consciente o inconscientemente mucho rencor contra las personas que poseen algo (belleza, dinero, sexo, éxito, poder, libertad, amor, personalidad, experiencia, felicidad, etc.) que él también desea pero no puede o no quiere desarrollar. Así, en vez de aceptar sus carencias o percatarse de sus deseos y facultades y darles curso, el envidioso odia y desearía destruir a toda persona que, como un espejo, le recuerda su privación. La envidia es, en otras palabras, la rabia vengadora del impotente que, en vez de luchar por sus anhelos, prefiere eliminar la competencia. Por eso la envidia es una defensa típica de las personas más débiles, acomplejadas o fracasadas.

Las formas de expresión de la envidia son muy numerosas: críticas, ofensas, dominación, rechazo, difamación, agresiones, rivalidad, venganzas... A escala individual, la envidia suele formar parte de muchos trastornos psicológicos y de personalidad. En las relaciones personales y de pareja, está involucrada en muchos conflictos y rupturas. En lo social y político, su influencia es inmensa. Por ejemplo, la envidia del poder sexual, emocional y procreador de las mujeres alimenta el machismo. La envidia de la fuerza y libertad del varón refuerza el feminismo. La envidia de los pobres y resentidos estimula sus violentas revoluciones e igualitarismos. La envidia de los poderosos fomenta sus luchas intestinas. La envidia de los narcisistas y codiciosos nutre los concursos millonarios de televisión y sus audiencias. La mutua envidia de las mujeres robustece el colosal negocio de la belleza y la moda, así como la de los hombres excita su frenética competitividad. La envidia sexual es el combustible del morbo y la prensa rosa. Las envidias económicas desenfrenan el motor consumista.

**FRASES DE ENVIDIA***

-¡Soy tan importante en tu vida que dedicas tiempo de tu vida a pensar en mi! 

 Te quito el sueño.

-No se envidia a cualquiera, solo envidiamos a quien nos hace sentir poquita cosa.

-Una de literatura, "Cuando oigas ladrar los perros es que ya vas llegando".

-La envidia supone siempre perversidad en el corazón.

-El envidioso se reseca en...bueno, su envidia.

-La envidia hace muecas, no se ríe.

-La envidia es una declaración de inferioridad.

-Tu envidia dura más que la dicha de los que envidias, no pierdas tu tiempo, mejor ocúpate de ti, no te das lástima.

-La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual.

-Una demostración de envidia es un insulto a uno mismo.
¡ámate y deja de insultarte!

-La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria que nunca alcanzarás por estar perdiendo tu tiempo.

-Quien no es envidiado, no es digno de serlo.

-La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.

-Tu envidia, tu amargura, me hace sentir mil veces superior. Pues yo me mantengo excenta de tal sentimiento.

-Siempre que te comparas, te mides con los demás y algunas veces saldrás perdiendo.

-Admiras mis cualidades porque no las encuentras en ti.
Gracias por amarme.

-Tu envidia me tranquiliza pues me grita que voy excelente.





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